lunes, 29 de marzo de 2010

VAYAMOS TAMBIÉN A LO DE AHORA...

Es inevitable la tendencia a la evocación y al recuerdo, a la rememoración del pasado; tanto que, con demasiada frecuencia, nos olvidamos del presente, de lo que tenemos cerca. Y esa inclinación por lo que ya murió (aunque sea inmortal) nos lleva a alejarnos de lo que aún está vivo y late a nuestro lado sin que nos demos cuenta de sus bondades, bellezas o efectos benéficos para nuestro espíritu. Todos nos contaminamos de esa manera de actuar. Miren, si no, las entradas del blog que ahora leen y saquen porcentajes al respecto... Bien están el recuerdo y el homenaje, a más de la lectura de las obras que escribieron, para los escritores del pasado. Pero ello no debe alejarnos de quienes escriben la literatura de nuestro tiempo. Poetas, novelistas, dramaturgos, ensayistas (de ambos sexos), dejan páginas y páginas a nuestra disposición. Y nosotros les damos de lado. Les dejamos , a quienes siguen este espacio de encuentro, que sugieran, vía comentario a esta entrada, los textos que deban incluirse aquí para conseguir una buena representación de la creación literaria de este tiempo que nos ha tocado vivir. Permítasenos abrir la participación con unos poemas de una autora extremeña, cuyas raíces familiares están entre los chinatos: Pureza Canelo, nacida para el mundo en Moraleja y entre las musas, para la poesía. De su libro Dulce nadie (2008), transcribimos el poema que lleva el mismo nombre:

Hermosa
soledad.
Dulce
materia
que abrazo
sin rendirme.
Cauce
de plenitud.
Laberintos
del alma
visibles
para perdernos.
Hermosa,
alargas naturaleza
y vences.
En el amor
eres vértigo
y ambición de torre
en los álamos
Tú.
Dulce nadie
en el lugar
de mis días
con versiones de lujo.
De tu mundo,
el paraíso.
De tu tela,
la fuerte
que abrasa más
de fuera adentro.
De tu vida,
la mía
que abres plena
para hacer fidelidad
de estas palabras.

Dulce nadie.
No me pierdas.
Ahora que bebo
un poco de fe
en tu mano.
Acoplada a ti,
no hagas brotar
más labios
de esta oración
que me acompaña
y hasta el alba
pierde y gana.
El alba, allí, otra materia
en disciplina
de ida,
que ya es.

domingo, 21 de marzo de 2010

MIGUEL HERNÁNDEZ

La literatura española e hispanoamericana, escrita en una lengua más que milenaria, cuenta entre sus inmortales con varios escritores de nombre MIGUEL (de Cervantes, de Unamuno, Hernández, Mihura, Delibes, Asturias, etc.). En la nota anterior nos referíamos a Miguel Delibes con motivo de su reciente fallecimiento. En ésta, anticipamos el recuerdo-homenaje al poeta Miguel Hernández (http://www.miguelhernandezvirtual.com) cuyo centenario de nacimiento se cumple este año en el mes de octubre. Por toda la geografía española, y de manera especial en la tierra levantina, se suceden y se sucederán actividades muy diversas referidas a la vida y a la obra del poeta oriolano. También en Malpartida de Plasencia, nuestro pueblo, están preparándose recitales, dramatizaciones y lecturas de textos hernandianos. Pronto nos llegarán los anuncios de tales eventos que, no lo dudamos, contarán con la masiva presencia del público chinato. De vez en cuando, copiaremos aquí algunos poemas de Miguel Hernández. Por ejemplo, este soneto del libro El rayo que no cesa:

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores


lunes, 15 de marzo de 2010

MIGUEL DELIBES

[La fotografía precedente es un escaneo de la que figura en la edición de la novela Los santos inocentes del Círculo de Lectores (1985). Adquirí dicho libro en el "Baratillo" de Cádiz, en el verano de 2008, y lo uní al que tengo de la primera edición (1981) con dedicatoria del autor]. (F.R.O.)

Frente a tanta literatura que no nos deja huella alguna, en nuestro imaginario personal y colectivo nos acompañan, desde hace años, las obras de Miguel Delibes con su "hombre", su "paisaje" y su "pasión" correspondientes. Un mundo vital transmitido con la fuerza inigualable de una lengua que él aprendió de las gentes de los pueblos y campos castellanos, según manifestó en muchas ocasiones. Cuando sin gran esfuerzo actualizamos las criaturas a las que dio vida con su pluma, ello es prueba de que tienen mucho de nosotros, de que nos identificamos de algún modo con lo que ellos y sus acciones representan. Unas veces en el mundo rural, otras en el urbano.


[Carta de Miguel Delibes a Florentino Rodríguez Oliva. En ella se alude a la conferencia que pronunció en el auditorio del complejo San Francisco de la Institución Cultural El Brocense de Cáceres, a finales de noviembre de 1982. Cuando iba a comenzar la charla, completamente abarrotado el recinto, se produjo un apagón que duró dos horas. Solucionado el problema, y con el mismo público llenando butacas y pasillos laterales, el novelista pudo disertar sobre su producción narrativa ante los cacereños].

Van tres días que el maestro y amigo Miguel Delibes se nos ha ido para siempre, pero las personas como él nunca mueren. Daniel, Roque, Germán, las Guindillas, el Nini, el tío Ratero, el Pruden, la Simona, Isidoro, Senderines, Mario, Carmen, Eloy, Desi, Cayo, Pacífico Pérez, Azarías, Paco, Régula, Cipriano Salcedo y un sinfín de inolvidables personajes que nos regaló así lo atestiguan.